15. CUMPLE CON TUS OBLIGACIONES.1

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Al pasar por la vida, es inevitable que contraigamos obligaciones. De hecho, nacemos con ciertas obligaciones y después tienden a acumularse. No es una idea original ni nueva que estamos en deuda con nuestros padres por habernos traído al mundo, por habernos educado. Es meritorio que nuestros padres no insistan en esto más de lo que lo hacen. Sin embargo, es una obligación: hasta el niño lo siente. Y a medida que la vida sigue su curso, se acumulan otras obligaciones hacia otras personas, hacia los amigos, hacia la sociedad e incluso hacia el mundo.

Es en extremo dañino no permitir que una persona satisfaga o pague sus obligaciones. Gran parte de la “rebeldía de los hijos” es producida por quienes se niegan a aceptar las únicas “monedas” que tiene un bebé, un niño o un joven para descargar “el peso de la obligación”: con frecuencia las sonrisas del bebé, los torpes esfuerzos de un niño por ayudar, los posibles consejos de un joven o su esfuerzo por ser un buen hijo o una buena hija pasan desapercibidos o no se aceptan; pueden estar mal dirigidos, con frecuencia están mal planteados; se desvanecen con rapidez. Cuando tales esfuerzos no logran satisfacer la enormidad de la deuda, gran cantidad de mecanismos o racionalizaciones pueden reemplazarlos: “en realidad uno no les debe nada”, “para empezar, se me debía todo a mí”, “no pedí nacer”, “mis padres o tutores no sirven para nada”, y “como sea, la vida no vale la pena”, son algunos ejemplos. Y sin embargo, las obligaciones se siguen acumulando.

El “peso de las obligaciones” puede ser una carga aplastante si la persona no puede encontrar la manera de descargar ese peso. Puede causar todo tipo de trastornos individuales o sociales. Cuando ese peso no se puede descargar, y a menudo sin saberlo, aquellos con los que la persona tiene obligaciones serán el blanco de las reacciones más inesperadas.

Uno puede ayudar a una persona que tiene el dilema de las obligaciones y las deudas que no puede pagar, con sólo repasar con ella todas las obligaciones (morales, sociales y financieras) que tiene y no ha cumplido, y buscar una manera de descargar todas las que la persona aún debe.

Deberíamos aceptar los esfuerzos de un niño o de un adulto por pagar las obligaciones no financieras que sienta que puede tener: uno debería ayudarle a encontrar una solución en la que ambas partes estén de acuerdo, para cumplir con las obligaciones financieras.

Disuade a una persona de contraer más obligaciones de las que en realidad le sea posible cumplir o pagar.

Es muy difícil viajar por el camino a la felicidad
cuando se tiene que
cargar con el peso de obligaciones
que se nos adeudan o que
no hemos cumplido.

  1. 1. obligación: estado, hecho o condición de estar en deuda con otro por un servicio o favor especial recibido; un deber, contrato, promesa o cualquier otro requisito social, moral o legal que obliga a la persona a seguir o a evitar un cierto curso de acción; el sentimiento de estar en deuda con otro.