17.8 LEE LA SECCIÓN

Precepto 17-3: Sé Competente: Practica

17. SÉ COMPETENTE.1

17-3. Practicar.3

El aprendizaje rinde frutos cuando se aplica. Por supuesto, se puede buscar la sabiduría por sí misma: existe en ella cierta belleza. Pero, a decir verdad, nunca sabremos si somos sabios o no hasta ver los resultados de tratar de aplicarla.

Cualquier actividad, habilidad o profesión, cavar zanjas, ser abogado, ser ingeniero, cocinar o lo que sea, sin importar lo bien que se haya estudiado, finalmente se enfrenta a esta prueba decisiva: ¿podemos HACERLO? Y hacerlo requiere práctica.

Los dobles de cine que no practican primero, se lastiman. También las amas de casa.

En realidad, la seguridad no es un tema popular. Debido a que normalmente va acompañada de “ten cuidado” y “ve despacio”, las personas pueden sentir que se les está limitando. Pero existe otro enfoque: si en verdad ha practicado, su habilidad y destreza serán tales que no es necesario “tener cuidado” o “ir despacio”. Sólo la práctica hace posible que la alta velocidad de movimientos sea segura.

Nuestras habilidades y destrezas deben elevarse al nivel de velocidad de la era en que vivimos, y eso se logra con la práctica.

Uno puede entrenar su cuerpo, sus ojos, sus manos y pies, hasta que, con la práctica, en cierto modo “llegan a saber”. Ya no tiene que “pensar” para encender la estufa o estacionar el automóvil: sólo lo HACE. En cualquier actividad, gran parte de lo que se considera “talento” en realidad sólo es práctica.

Si no se planea cada movimiento que se llevará a cabo para hacer algo y luego se repite una y otra vez hasta poder hacerlo sin pensar y hacerlo con velocidad y precisión, podemos preparar el escenario para tener accidentes.

Las estadísticas tienden a confirmar que la gente que ha practicado menos, tiene más accidentes.

El mismo principio se aplica a los oficios y profesiones en que se emplea ante todo la mente. El abogado que no ha practicado, practicado y practicado los procedimientos del tribunal, tal vez no ha aprendido a cambiar su enfoque mental con suficiente rapidez para hacer frente a las nuevas facetas del caso y lo pierda. Un corredor de bolsa inexperto y sin práctica, podría perder una fortuna en minutos. Un vendedor nuevo que no ha ensayado la forma de vender, puede morir de hambre por falta de ventas. ¡La respuesta correcta es practicar, practicar, practicar!

A veces uno encuentra que no puede aplicar lo que ha aprendido. De ser así, los errores se atribuyen al estudio inadecuado, al maestro o al texto. Leer las instrucciones es una cosa; a veces es algo totalmente distinto intentar aplicarlas.

En ocasiones, cuando no llegamos a ninguna parte con la práctica, es necesario deshacernos del libro y empezar desde el principio. Es lo que sucedió en el campo de las grabaciones de sonido para películas: si siguiéramos lo que dicen los textos de grabación, no lograríamos que el canto de un pájaro sonara mejor que una sirena de niebla. Es por eso que en algunas películas no se entiende lo que dicen los actores. El buen grabador de sonido tiene que descubrir todo por sí mismo para poder hacer su trabajo. Pero en ese mismo campo del cine, también sucede todo lo contrario: existen varios libros sobre iluminación que son excelentes: si se siguen con exactitud, se logra una escena muy bella.

Es lamentable, en particular en una sociedad en que la tecnología alcanza altas velocidades, que no todas las actividades se expliquen de manera adecuada en textos que se puedan entender, pero eso no debe detenernos. Cuando haya textos buenos, valóralos y estúdialos bien; cuando no, reúne los datos disponibles, estúdialos y descubre lo que falta.

Pero la teoría y la información florecen sólo cuando se aplican y se aplican con práctica.

Estamos en peligro cuando quienes nos rodean no practican sus habilidades hasta realmente poder HACERLAS. Existe una vasta diferencia entre “bastante bien” y hacerlo con la habilidad y destreza de un profesional. Ese abismo se supera con la práctica.

Haz que las personas observen, estudien, lo resuelvan y luego lo hagan. Y cuando lo hagan bien, haz que practiquen, practiquen, practiquen, hasta que lo puedan hacer como profesionales.

Existe mucho gozo en la habilidad, en la destreza y en moverse rápido: sólo puede hacerse con seguridad cuando se tiene la práctica. Tratar de vivir en un mundo de alta velocidad con personas de baja velocidad no es muy seguro.

Se viaja mejor en el camino a la felicidad
cuando se tienen
compañeros competentes.

  1. 1. competente: capaz de hacer bien aquello a lo que uno se dedica; diestro; hábil para hacerlo; que está a la altura de las exigencias de sus actividades.
  2. 2. incompetencia: carecer de conocimientos, destrezas o habilidades adecuados; inexperiencia; incapacidad; que puede cometer errores o equivocaciones importantes; torpeza.
  3. 3. practicar: ejercitar o ejecutar repetidamente para adquirir o pulir una habilidad.